sábado, 5 de noviembre de 2011

El último DESEMBARCO de León

"La idea fue que este disco sonara a «banda». Que fuera una performance de los músicos juntos tocando los temas y acompañando a León [... En el estudio de grabación] grabaron sus discos grandes artistas como Frank Sinatra, Bing Crosby, Beach Boys y tantos otros...
"Se grabó directo a cinta analógica de 24 canales por varias razones, entre ellas, el sonido característico de la cinta y también siguiendo la idea de trabajar con opciones limitadas de canales. En contraposición a lo que suele ocurrir actualmente con los sistemas de grabación digital [...] con posteriores ediciones, al hacerlo en cinta se realiza «una toma» y en ella queda plasmado lo que pasó en el momento.
"El ambiente de la sala fue tomado con dos micrófonos muy viejos de «cinta», RCA44, pasando por la consola Neve de los 70 y de ahí por un compresor Fairchild más viejo antes de llegar finalmente a la cinta.
"El micrófono utilizado para la voz de León es también un micrófono de cinta tipo RCA, pero en una versión moderna [...]
"Las cuerdas de 40 músicos fueron grabadas «a larga distancia» entre Los Angeles y Praga, República Checa.
"Finalmente, la mezcla [...] pasó por otra consola Neve [...] lo cual terminó de lograr el sonido caracterísitico de este nuevo disco".


Así comienza la portada del último disco de León Gieco, el que me compré hace un día y medio. Un disco realmente sin desperdicio para quienes gustan de este tipo de rock nacional, y del buen sonido –y cuando escribo «buen sonido», quiero referirme al «buen sonido»–. Son doce canciones que te llevan por las historias que de alguna manera identifican a León, paseando por Uruguay, un bicentenario de sombra y luz, el argentino que vota inútiles, nuestra última dictadura, los mineros de Bolivia del Che, y el corazón de este autor que late cuando hace música.

No podemos olvidarnos de los artistas invitados: Charly García, Nito Mestre, Rául (así dice) Prochetto, Rubén Rada, Ma. Rosa Yorio entre otros.

Está claro que la elección de los estudios de grabación y toda la mística de las cintas, los micrófonos, compresores y mezcladores hacen que el disco tenga sabor a música tocada desde el alma, y no como esos discos de hoy que cuando un músico se equivoca, borran y corrigen (casi como el control-z del windows), o que un mismo músico toca distintos instrumentos y después con la compu los ensamblan... ¡qué poca espontaneidad! Aquí los graves se sienten graves, los agudos se sienten agudos, los medios se sienten medios. La mandolina suena a mandolina, las guitarras suenan a guitarras y los platillos de la bata suenan como platillos. Los violines parecen violines y la orquesta parece como si fuera una orquesta... de verdad. Realmente lograron transmitir un sonido muy verdadero. Este disco es como un disco en vivo en estudio, qué digo, es un discaso. Lo único que le faltaría es la versión en LP y ahí la completás León.

10 puntos para León
. Cero puntos para mí, mal mal mal lo mío, que no tengo equipo de audio y escucho con los parlantitos de la computadora y se escucha un pésimo sonido a lata. O sea, todo lo que León se esmeró por el sonido, yo lo tiro por la ventana cuando lo escucho con este sonido de plástico latoso. Me las quiero cortar, las orejas (se entiende).

Volveremos sobre el tema discográfico, con nuevos discos

Nota: a León no le cobro la comisión por venta con los comentarios, o sea que pueden creerme lo que digo.

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