domingo, 6 de noviembre de 2011

Demoliendo edificios

Seguramente todos están en conocimiento del edificio que parece se está derrumbando en Buenos Aires. Las cámaras de los noticieros este domingo parecían estar filmando el reality show del edificio, pero no vamos a analizar en esta ocasión estas cuestiones ni los motivos del derrumbe. Simplemente vamos a hacer unos aportes al proceder en la demolición para aportar a la discusión sobre qué ciudad queremos.

En consejo deliberativo, hemos llegado a la conclusión de que, siendo un país destacado en la técnica de lo atamos con alambre:

1. No era necesario demoler el edificio, era recuperable en parte. En la imagen 1 siguiente, graficamos la solución posible.




Alrededor de la grieta, en el sentido indicado en A se coloca un alambre que dé 3 vueltas al edificio, con el sumo cuidado de que pase por abajo de los balcones, para que no moleste la futura visual de los habitantes. Pero como el alambre no une sino que sostiene, en la grieta le colocamos, en el sentido indicado por B, Pulpito®, el pegamento sellador. De no poseerse este pegamento, se puede utilizar sellador grieta de cualquier marca, pero no damos garantía de resultados exitosos. El sellador cumple la función de que no entren chifletes en el departamento ni agua de lluvia, algo muy importante en invierno

2. De insistirse en la solución de demoler el edificio, hay una solución más fácil que la de la grúa. Se trata contratar un avión y un kamikaze que se dirija hacia el objeto en cuestión en el sentido indicado por la flecha C en la figura 2 (o en el sentido C' alternativo). Para hacerlo más efectivo, podemos poner en la parde una gigantografía del actual y de los expresidentes de Estados Unidos. De esta forma garantizamos una demolición total y absoluta. Aclaración: no hace falta un avión grande de línea, dada la envergadura de este edificio, alcanzaría con una avioneta de 2 motores.





Perlita periodística
Las cámaras de TN están con un habitante del edificio en cuestión haciendo una nota, y el periodista en estudio le pregunta:
- ¿y vos saliste bien?
El entrevistado se queda pensando un instante "no estúpido, si estoy encerrado y vinieron a hacerme la nota en el departamento..."
- Eemm... sí, estoy bien

Infografía: tomada sin permiso de Clarín.

sábado, 5 de noviembre de 2011

El límite entre la juventud y la adultez.

Uno de los grandes vacíos de la ciencia de la psicología yace en la imposibilidad de definir a ciencia cierta el límite entre el fin de la etapa de la juventud y el comienzo de la etapa de la adultez (al respecto, puede consultarse a importantes y diversos autores como Freud, Skinner, Piaget, Bandura, Festinger, los cuales no conozco pero figuran en Google).

Uno de los criterios más tradicionales y utilizados es el del aplicativo «usted», que significa que cuando lo empiezan a tratar de «usted» ya se convirtió en adulto –o sea, estás al horno–. Pero este criterio ha sido científicamente refutado por varias falencias en la metodología subyacente; para empezar, no todos te tratan de «usted» al mismo tiempo, algunos son más cancheros y te tutean, y no te hacen sentir tan viejo –gracias totales® a los que se animan a tutear–, y porque el criterio entonces pasa a ser muy subjetivo, tenemos que buscar criterios que científicamente parezcan objetivos.

La verdad es que el avance tecnológico en telecomunicaciones e informática (o sea una compu con internet) ayuda mucho a esta ardua tarea de la psicología.

Antiguamente (un par de centurias o antes) la evocación del pasado, cuestión clave en nuestra acometida, estaba resumida a relatos de la memoria, que eran poco garantidos porque podías contarte cualquiera. Pero esto vino a ser subsanado gracias a la aparición de la fotografía, que ahora no te permite decirle a tus nietos que eras un apuesto y joven galán, cuando eras un atorrante y andrajoso desharrapado.

Pero la nostalgia, cuestión clave en nuestra acometida, de la fotografía como método de medición ha quedado en desuso a la par de las nuevas tecnologías antes mencionadas.

En este nuevo método implementado por la ciencia –vale aclarar que en este post estamos haciendo presentación adelantada en exclusiva, previa a la presentación mundial en el foro de Psicólogos Reflexivos de Alpedismo a realizarse vía teleconferencia en simultáneo en varios cafés/cafeces con wifi–, las etapas para empezar a definir la adultez empiezan cuando, por casualidad y sólo por casualidad –andá a saber de dónde la sacastes– te acordas de ese tema un poquito viejo y vas a Google, download torrent (descargar la torre) y así empezás, que un tema, que el otro de los 70, que el de los 80, que este que no lo pasan más por radio y la computadora ya parece una discoteca de vinilos (incluyendo los que venían de colores y los singles) y de cassettes que grababas de la radio. Esto es sólo el comienzo.

Y la adultez empieza a ser imposible de disimular cuando empezás a bajarte también películas de tu época: Gremlins, Laberinto, Historia sin fin, Tiburón en 3D, La pistola desnuda, Robocop, la Guerra de las galaxias o Volver al futuro 1, 2 y 3. Y ansioso las ves ni bien terminaron de descargar y al final exclamás con total seriedad "qué buenas películas hacian antes, sin tanta tecnología". Fatal, ahí se acabó definitivamente la juventud.

Y la cereza del postre: si tu novia/o te dice con cierta indiferencia  "ésa es de tu época" (te clavó el DNI en la frente).


Nota 1: esta reflexión no es aplicable a ciertos casos en que la persona no deja de ser un adolescente.
Nota 2: y si consigo la serie "Hombres de ley" (con Federico Lupi), la completo.

Gracias totales es marca registrada de Gustavo Ceratti. Usada con permiso

El último DESEMBARCO de León

"La idea fue que este disco sonara a «banda». Que fuera una performance de los músicos juntos tocando los temas y acompañando a León [... En el estudio de grabación] grabaron sus discos grandes artistas como Frank Sinatra, Bing Crosby, Beach Boys y tantos otros...
"Se grabó directo a cinta analógica de 24 canales por varias razones, entre ellas, el sonido característico de la cinta y también siguiendo la idea de trabajar con opciones limitadas de canales. En contraposición a lo que suele ocurrir actualmente con los sistemas de grabación digital [...] con posteriores ediciones, al hacerlo en cinta se realiza «una toma» y en ella queda plasmado lo que pasó en el momento.
"El ambiente de la sala fue tomado con dos micrófonos muy viejos de «cinta», RCA44, pasando por la consola Neve de los 70 y de ahí por un compresor Fairchild más viejo antes de llegar finalmente a la cinta.
"El micrófono utilizado para la voz de León es también un micrófono de cinta tipo RCA, pero en una versión moderna [...]
"Las cuerdas de 40 músicos fueron grabadas «a larga distancia» entre Los Angeles y Praga, República Checa.
"Finalmente, la mezcla [...] pasó por otra consola Neve [...] lo cual terminó de lograr el sonido caracterísitico de este nuevo disco".


Así comienza la portada del último disco de León Gieco, el que me compré hace un día y medio. Un disco realmente sin desperdicio para quienes gustan de este tipo de rock nacional, y del buen sonido –y cuando escribo «buen sonido», quiero referirme al «buen sonido»–. Son doce canciones que te llevan por las historias que de alguna manera identifican a León, paseando por Uruguay, un bicentenario de sombra y luz, el argentino que vota inútiles, nuestra última dictadura, los mineros de Bolivia del Che, y el corazón de este autor que late cuando hace música.

No podemos olvidarnos de los artistas invitados: Charly García, Nito Mestre, Rául (así dice) Prochetto, Rubén Rada, Ma. Rosa Yorio entre otros.

Está claro que la elección de los estudios de grabación y toda la mística de las cintas, los micrófonos, compresores y mezcladores hacen que el disco tenga sabor a música tocada desde el alma, y no como esos discos de hoy que cuando un músico se equivoca, borran y corrigen (casi como el control-z del windows), o que un mismo músico toca distintos instrumentos y después con la compu los ensamblan... ¡qué poca espontaneidad! Aquí los graves se sienten graves, los agudos se sienten agudos, los medios se sienten medios. La mandolina suena a mandolina, las guitarras suenan a guitarras y los platillos de la bata suenan como platillos. Los violines parecen violines y la orquesta parece como si fuera una orquesta... de verdad. Realmente lograron transmitir un sonido muy verdadero. Este disco es como un disco en vivo en estudio, qué digo, es un discaso. Lo único que le faltaría es la versión en LP y ahí la completás León.

10 puntos para León
. Cero puntos para mí, mal mal mal lo mío, que no tengo equipo de audio y escucho con los parlantitos de la computadora y se escucha un pésimo sonido a lata. O sea, todo lo que León se esmeró por el sonido, yo lo tiro por la ventana cuando lo escucho con este sonido de plástico latoso. Me las quiero cortar, las orejas (se entiende).

Volveremos sobre el tema discográfico, con nuevos discos

Nota: a León no le cobro la comisión por venta con los comentarios, o sea que pueden creerme lo que digo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

¡Es la economía, estúpido! Curso básico de economía política

"¡Es la economía, estúpido!" es la famosa frase que se le atribuye a James Carville, asesor electoral de Bill Clinton en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1992 (damos por sabido en estos cursos de economía política que Bill Clinton fue presidente de Estados Unidos; si no lo sabía, le rogamos recurra a algún curso básico introductorio sobre la economía, estúpido).

En realidad, aunque la frase se le atribuye a James como es de público conocimiento, lo que científicamente pudimos comprobar desde el prestigioso departamento de investigaciones que promueve nuestra institución, es que la frase había sido acuñada con anterioridad anterior. En primeras instancias se la robó a Robert Solow, quien dijo "si los países crecen económicamente, es la economía, estúpido", análisis que le valió un premio nóbel.

Solow a su vez se la robó a Milton Friedman, quien expresó contundentemente "si hablamos de plata, es economía, estúpido"; por supuesto que su sesudo análisis también le valió un nóbel. Friedman a su vez tomó la expresión de su colega John Hicks al decir "cuando analizamos el bienestar material pensamos en la economía, estúpido" –aclaramos que así consiguió llegar al preciado premio nóbel–. Hicks continuó la línea sucesiva de prestame la frase de Paul Samuelson, quien entre otras cosas dijo "es la economía, estúpido", y también ganó un nóbel. En la misma línea sucesiva, antes de Samuelson se encuentra Raúl Prebisch, ilustre economista argentino que tenía muy claro que lo del peso Ley 18188 era la economía, estúpido –y que por eso no ganó naninga el nóbel–. Pero Raúl manchó su intachable reputación intelectual tomando prestada la frase de José Schumpeter, quien defendió el monopolio porque es la economía, estúpido –y que tampoco ganó el nóbel porque todavía no existía el de economía–.

Pero la verdad es que Schumpeter no fue el padre de la frase: la tomó prestada –sí señor, prestada como leyeron– de John Maynard Keynes (prestigioso economista inglés que desarrolló la teoría keynesiana de la economía). Este economista pronunció por primera vez la frase cuando se dirigía a sus archirivales los economistas norteamericanos que no podían dar en la tecla con la Gran Depresión de los años 30 (claro, estaban preocupados porque no conocían la Argentina de los 70, 80, 90 y 2001).

La cuestión que el mundo (sepa leer entre bits: Estados Unidos e Inglaterra) se venía a pique y entonces Keynes les dijo "es la economía, estúpidos" y así fue como arregló el problema.

No obstante, la ciencia ha avanzado considerablemente en la investigación de los últimos años y hoy podemos saber que en realidad la frase Keynes se la robó a Adam Smith, el padre y fundador de la ciencia económica. Y como Adam Smith se considera el padre de la economía, creemos que éste no se la pudo robar a nadie más.

De todos modos, "es la economía, estúpido"™ es frase registrada por James Carville, y como no tenemos intención de entrar en controversias diplomáticas con los USA, aquí utilizaremos la adaptada frase "Es la economía, tarado"™.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Sólo uno más

Un Tarado Más -así con mayúsculas- no es ni casual ni ingenuo, es virtual. No sé ustedes mis lectores (y si usted no es mi lector, ¿cómo llegó hasta acá?), pero a mí todavía me da un poquito de cosita –cuiqui– meter mi nombre en los casilleros de internet, por eso es este disfraz virtual. Correo electrónico, el facebook, y tantas y tantas tantíííííííísimas páginas que tenés que suscribirte para poder... no sé, hasta leer algo. Son tediosos (y más aún cuando además después de ingresar datos y mas y más datos paso seguido Please, select your credit card... puff) tediosas y como les decía, me da cosa poner mi nombre.

Pero claro, nunca falta el/la que me quiere interpretar la psiquis y animar, incluso hasta sacarme del "pozo depresivo" en el que creen que estoy, y me dicen cosas como "Pero tarado ¿por qué ese nombre tan feo?", "Usted es una persona capaz e inteligente" (para empezar no me trate de usted), "quiérase a usted mismo, cámbiese ese nombre"...

Para todos ellos acá va la verdadera historia de mi nombre. Corrían los años 2000 (cerca del 2003) cuando la internet estaba empezando a arrasar por el continente (bah, ya había empezado, yo llegaba tarde como siempre), y yo todavía mandaba cartas por Correo Argentino (¿no me creen?) hasta que por esas vueltas de la vida un amigo 'unos años' más joven me dijo "¿¡¡carta!!? ahora nos escribimos mails y chateamos"... ¡Chan! ¿y ahora...?

Con paciencia, mi joven amigo me explicó "tenés que hacer una cuenta en Hotmail", así que procedimos a los formularios "Escriba con letra de imprenta, mayúscula y clara... Nombre, Apellido, correo de @hotmail.com..." y empecé:
"Eduardo ya se encuentra registrado, utilice otro nombre..."
"Pablo ya se encuentra registrado, utilice otro nombre..."
"Eduardo_Pablo ya se encuentra registrado, utilice otro nombre..."
"EduardoP ya se encuentra registrado, utilice otro nombre..."
"EPablo ya se encuentra registrado, utilice otro nombre..."

¿¿¿Tantos tarados hay en internet registrados??? pensé para mis adentros...

"UnTarado se encuentra disponible..."

Fue así como se institucionalizó y generalizó Un Tarado Más en mi vida virtual como pseudónimo, así que ya saben, no soy el único, ni el primero, y mucho menos el último, somos muchos lo que andamos pululando por internet... y por favor, lávense los dedos con jabón antes de tipear mi nombre.