martes, 1 de julio de 2014

Leonel Messi versus René Favaloro.


Hagamos un ejercicio mental, sólo eso, un par de minutos reflexivos. En este momento está en nosotros decidir la vida de uno versus la muerte de otro. Si decidimos que uno vive, automáticamente e implícita o explícitamente –como más te guste– decidimos que el otro muere.

Pero no se trata de una catástrofe en la que no podés salvar a todos y salvás al que está a tu alcance, primero los niños, las damas, los ancianos. Todo lo contrario, es una decisión premeditada, te tenés que sentar cómodo en tu lugar preferido, quizá con un whisky –no mucho por favor–, o con un mate, y cavilante tomar una decisión. Vive uno, el otro muere. Y una vez tomada la decisión no hay retorno. El tiempo no apremia, pero como no decidir es una decisión implícita, por no decidir terminan muriendo los dos.

Difícil decisión si las hay, y claro, la pregunta de manual es quién es uno y quién es otro.  La decisión sería fácil si uno es una eminencia en medicina, en ciencias, un filántropo que trabaja por gente necesitada, toda una persona de bien. En tanto que el otro es un corrupto, un ladrón, un genocida...

Pero nada de eso. Ni uno ni otro son personas de «mal». Son seres humanos normales, personas como vos y yo, que trabajamos, que estudiamos, que simplemente vivimos. A ninguno de ellos conocés, no tenés vínculo afectivo hacia ellos. Supongamos que uno es médico y el otro es deportista. Ambos nos traen alegrías, felicidades, buenos momentos desde su rol social, pero hoy tenés que decidir por uno u otro. ¿Quién vive? ¿quién muere?

Supongamos que el deportista es Messi. Cada gol que mete es una alegría para cada argentino, ¿merece la vida? ¿merece nuestro apoyo? ¿merece nuestro cariño?

El otro, el médico, no es ni más ni menos que el Dr. René Favaloro, prestigioso médico cardiocirujano, muy conocido mundialmente por haber desarrollado la técnica del bypass cardíaco. ¿Acaso no merece también su vida el Dr. René Favaloro? ¿Acaso toda la humanidad no nos merecemos  su vida?

¿Quién vive? ¿quién muere?

Messi firmó contrato nuevo con el club de Barcelona por casi veinte millones de euros por temporada hasta el año 2018 (sí, 20.000.000, es decir, 20 millones), algo así como 1,6 millones por mes. El Dr. René Favaloro se suicidó por las presiones que tenía por las grandes deudas económicas de su fundación, las cuales no fueron atendidas por ninguno de los gobiernos de los años 1990 a 2000.

¿Y qué tenemos que ver nosostros? Nada y todo. Es que ya decidimos como sociedad, porque somos todos como sociedad quienes aprobamos o reprobamos a unos u otros. El fútbol es un negocio, y un negocio vende siempre que alguien compre; son tantos quienes compran fútbol que unas pocas personas con indiscutidos talentos deportivos pueden lograr contratos millonarios, mucho más allá de las necesidades «normales» para vivir –y ni hablar de los gastos en Fútbol para Todos®–.

La indiferencia sociopolítica a instituciones no lucrativas pero que nos aportan mayor calidad de vida terminan por acabar a esas instituciones, como le pasó a Favaloro.

El dilema no es excluyente (aunque el capitalismo así lo torne): o deporte o salud. Pueden coexistir ambos pacíficamente; el dilema es el lugar que le asignamos a cada cosa, y en la sociedad occidental –al menos la única que conozco– el fútbol es más importante que la salud, la cultura, la educación y tantos otros temas. Los contratos millonarios y el Fútbol para todos lo dicen todo.

Éste es el famoso dilema taradiano, porque sólo a un tarado se le puede ocurrir escribir estas cosas en medio de un mundial de fútbol. Pero es que me cuesta olvidarme de estas injusticias que con nuestra indiferencia cometemos a diario.

Lo curioso es que este dilema no es de ahora. Circa dos mil años atrás una sociedad tuvo que decidir la vida entre un ladrón y un carpintero: Barrabás y Jesús. Y prefirieron crucificar a Jesús. Hoy en Pascuas celebramos un lindo fin de semana largo. Vos, ¿por quién te decidís? Pensalo...

Eduardo Pablo.


PD: ¿hay algún sociólogo que nos ayude a entender estas cosas? se agradece su aporte.

1 comentario:

  1. 6 años y es tan actual, será la contemporaneidad del mismo proporcional a la ignorancia media del país?

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